La verdad es que no tenía la sensación de que el tiempo hubiese corrido tanto, pero es cierto, ya estamos otra vez a las puertas del Día de Todos los Santos; de Halloween.
Sin embargo en España vamos olvidando cada vez más nuestras raíces y el significado que tienen nuestras fiestas y costumbres para apuntarnos al tren de todo lo que venga del extranjero.
Lo cierto es que nunca he entendido por qué había que ir un día en especial a "rendir homenaje a nuestros difuntos" y el resto del año tenerlos tan olvidados y desatendidos.
Tampoco entiendo muy bien por qué para ese día se adecentan las lápidas y se recargan de flores y jarrones.
¿Acaso el resto del año no podemos ir a visitarlos, limpiar sus tumbas y llevarles esas flores?
¿No podemos sentarnos allí con ellos, rezarles y decirles que les echamos de menos?
¿Por qué casi todo el mundo espera a que llegue tan señalado día?
No soy persona de ir a misa ni habitualmente ni en fechas señaladas, lo reconozco. Soy más bien de ir a orar a la iglesia, dar un donativo anónimo cuando lo estimo conveniente y encender unas velitas rogando por los que ya no están conmigo.
Sin embargo en mi mesita de noche tengo El Nuevo Testamento, regalo que me hizo un día mi abuelo materno cuando estudiaba en el colegio y que guardo como un tesoro.
Todavía recuerdo el día en que me lo regaló y la ilusión que me hizo.
Estábamos sentados juntos, al lado de un pozo y rodeados de árboles.
Imagino que no faltaba mucho para empezar el nuevo curso (todavía íbamos en manga corta) porque cuando me lo entregó me dijo que era algo que necesitaba para clase.
Hace tantos años... Aunque lo recuerdo como si fuese ayer.
Me entregó un paquete pequeñito. Algo envuelto en papel estraza y atado con un cordel.
Al abrirlo vi la imagen de una Virgen preciosa en la portada y una encuadernación antigua.
El Nuevo Testamento que me regaló mi abuelo con una estampa de La Inmaculada. (Murillo).
Las hojas eran muy finas, delicadas y con un tacto suave.
También encontré una nota con una dedicatoria que me había escrito y que por desgracia no llegué a conservar.
Cuando eres pequeño no piensas en que algún día esas personas a las que tanto quieres se irán de tu lado; crees que seguirán contigo, te verán crecer y verán crecer a tus hijos.
...Que siempre te acompañarán en tu viaje por la vida.
A veces no nos damos cuenta de lo importantes que pueden llegar a ser esos pequeños detalles que recibimos de ellos; sólo el tiempo y la pérdida de nuestros seres queridos nos hacen lamentar no haber guardado las cosas que recibimos de ellos y que algún día harán que les sintamos con nosotros, que les añoremos.
RECUERDO mucho y CON MUCHÍSIMO CARIÑO a los que ya no están aquí. Los amigos, los abuelos, los tios, la prima Juli...
No necesito ningún día especial para tenerlos en mi memoria y sentirlos en mi corazón. Ellos siempre van conmigo. La huella que han dejado y su cariño perdurará para siempre en mí.
En casa honramos a los que ya no están.
Enciendo unos farolillos con velas y le recuerdo a mi hija qué día es, para que sepa que lo que realmente celebramos es el Día de Todos los Santos y no lo olvide o se confunda con esta otra costumbre anglosajona que es Halloween; pero reconozco que también lo celebramos.
En España ese día es un día de recogimiento, tristeza y lágrimas por los que no están presentes. En U.S.A lo ven de otra manera y lo celebran disfrazándose y divirtiéndose.
Creo que las dos celebraciones no están reñidas entre sí, siempre y cuando NO OLVIDES TUS RAICES.
Ese día decoro la casa y la puerta de la entrada.
Cada año suele ser distinta decoración y salvo una telaraña, un esqueleto que cuelgo de la mirilla y una calabaza para las chuches, lo demás lo hago todo yo.
Cuando mi hija era pequeña, hacía fiestas en casa e invitaba a sus amigos y a nuestros vecinos.
Creaba las invitaciones y decoraba el salón con farolillos de colores que hacía con papel celofán, calaveras y calabazas hechas con cartulina y usaba goma eva para decorar las pajitas con las que bebían los niños.
Invitación que hice para una de mis fiestas de Halloween. Lo celebramos en casa con amigos y vecinos.
Una de nuestras fiestas de Halloween.
Pajitas que decoré dibujando sobre goma eva con motivos de Halloween.
Ahora ya llevamos unos años que salimos por las calles disfrazadas para llamar a las viviendas que están decoradas y pronunciar el famoso "Truco o Trato", aunque sigo decorando la puerta de casa y la escalera por mi hija y sus amigos que vienen siempre a verlo.
Después de darnos una vuelta por el barrio acumulando kilos de caramelos, vamos a la fiesta que hace mi amiga Eva en su chalet y tomamos chocolate calentito y unas pastas preciosas de Halloween que prepara y decora ella misma.
Son tan bonitas que da pena comérselas.
Bueno, y hace unas tartas...
Lo mismo te hace unas figuras de Star Wars que te decora la tarta con un set de maquillaje con sus sombras, pintalabios y demás.
¡¡Es una artista, la verdad!!
La puerta de casa
Estas son tres de las decoraciones que he hecho en distintos años. Aún me falta por encontrar las otras aunque lo veo imposible porque no tengo ni idea de dónde pueden estar : (
Hay vecinos incluso que le hacen fotos a toda la decoración y se hacen selfies delante de la puerta o escalera. ;)
En el cole o en las actividades extraescolares, también nos dan trabajo y los niños tienen que ir disfrazados a clase.
Este es un sombrero de bruja que hicimos mi hija y yo para la ocasión. Nos dieron una hoja con unos dibujitos que tenían que pintar, recortar e incluir en el disfraz. Decidimos poner unos cuantos en el sombrero para animarlo un poco.
Sombrero que hicimos en cartulina para el disfraz del colegio.
Le pegamos unas estrellas con relieve que tenía en casa, recorté una trabilla y le pusimos papel dorado alrededor para que quedase más vistoso.
Le gustó un montón a la profe :)
En el próximo post te enseño los disfraces y lo que hemos hecho en Halloween.
Te espero!!
© Textos, fotos e ilustraciones ©by Sylvia M.G.D
