Translate this page

viernes, 14 de abril de 2017

Semana Santa. Así la vivo yo

La Semana Santa comprende desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección.
Es la última semana de la Cuaresma (pincha si quieres saber más) y el momento litúrgico donde se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesús.

Me encanta cómo los decoran

Además de asistir a las procesiones que hay a distintas horas a lo largo de la semana, es costumbre en España recorrer los monumentos (pincha para saber más), el Jueves Santo por la noche o en la mañana del Viernes Santo.
Esta tradición de recorrerlos se remonta al siglo XVI y fue introducida en Roma por San Felipe Neri
La idea se propagó rápidamente por los países de creencias cristianas hasta nuestros días.
.........
En esta época del año les dan vacaciones a los niños y es tradición regalarles huevos de chocolate o figuritas de animales, también de chocolate.

Cuando era pequeña me encantaba sobre todo, que me regalasen un huevo de Pascua muy grande lleno de otros huevos de menor tamaño.
La verdad es que teníamos la gran suerte de recibir varias de estas figuras de chocolate porque como sabían que éramos muy golosas, nuestros familiares siempre nos las compraban y acabábamos, entre mi hermana y yo, juntando un delicioso botín.

Recuerdo mi infancia viviendo la Semana Santa con emoción.
Me encantaba salir con mis padres a, como decimos por aquí, "recorrer los monumentos" aunque mi marido diga que ese nombre me lo he inventado yo.
Domingo de Ramos

Siempre nos encontrábamos con amigos que hacía tiempo no veíamos y a diversos miembros de la familia, como mis primas, mis abuelos o mis tíos.
Generalmente, cuando coincidíamos, solíamos preguntarnos cuál nos faltaba por ver e íbamos juntos hasta la siguiente iglesia o capilla.
La tradición dice que son 7 los monumentos que hay que visitar pero a mí me encantaba entrar a todos los que nos diese tiempo. 
Mis padres, con su santa paciencia, nos llevaban a mi hermana y a mí a todos los que encontrásemos abiertos.
Cuando entrabamos a una iglesia o convento, rezábamos nuestras oraciones y encendíamos unas velitas. Mamá nos dejaba encenderlas con mucho cuidado para no quemarnos y el olor que había allí dentro, a cera quemada e incienso, me encantaba.
Recuerdo que a la salida de cada iglesia había unas personas sentadas en una mesa con un cestillo y unas estampitas con las imágenes del Cristo o la Virgen que hubiese allí.


Uno de los monumentos visitados en Semana Santa


Si dejabas un donativo, te regalaban una, dos y hasta tres estampitas distintas, y yo siempre llevaba muchas monedas en mi bolsito para poder conseguir todas las que me fuese posible.
Me encantaba coleccionarlas porque me parecían unas imágenes preciosas y ya en casa las miraba una y otra vez.
Todavía hoy se siguen dando estas estampitas aunque ya no son tantos los lugares donde las encuentras.
La mayoría de las veces, mis familiares o amigos, me regalaban las suyas si yo no las tenía y eso me hacía mucha ilusión. Otras veces hacíamos un trueque como si de cromos se tratase.
Cuando terminábamos de recorrerlos, nos sentábamos en la plaza y tomábamos un aperitivo para reponer fuerzas si es que el tiempo lo permitía. A veces hacía tanto frío que teníamos que salir muy abrigados para no enfriarnos mientras esperábamos para ver la procesión.
Siempre ha sido una tradición en mi familia esto de "recorrer los monumentos" e hiciese el tiempo que hiciese, salíamos todos los años a hacerlo.
Hoy por hoy sigo conservando esta costumbre y todos los Viernes Santos salgo con mi hija a recorrerlos.
Como la historia se repite, ahora es ella la que me hace entrar en todas las iglesias para conseguir las estampitas y si te digo la verdad, lo hago encantada, porque además de que me hace recordar mi infancia, disfrutamos mucho haciéndolo juntas.


Álbum para meter las estampitas que colecciona mi hija desde pequeñita

De echo, le compré un álbum de fotos cuando era pequeña para que pudiese tener todas las estampas juntas y cada año, cuando llegamos a casa, coge su álbum y nos ponemos a colocarlas dentro de él mientras repasamos las que tenemos de años anteriores.
De las pocas veces que salgo fuera en Semana Santa, procuro en la medida de lo posible visitar alguna iglesia para ver los pasos que sacarán en sus procesiones o asistir a alguna de ellas porque considero que aunque estemos de vacaciones, no debo dejar de lado ni mis creencias ni lo que significa para mí.

Algunos de los monumentos y pasos que he visto en mis vacaciones de Semana Santa

 
Comienzo de una de las procesiones del Viernes Santo


He de reconocer que no soy de ir a escuchar misa pero sí visito las iglesias para rezar y encontrar la paz dentro de mí.
Me gusta vivir la Semana Santa en compañía de los míos, comer el potaje y las torrijas que hace mamá, ver películas antiguas como Jesús de Nazaret, la Túnica Sagrada, Ben-Hur, Espartaco ... y colgar en mis balcones y ventanas las ramas de olivo que cogemos el Domingo de Ramos.
Domingo de Resurrección

Intento mantener las tradiciones que me enseñaron mis padres y que siento como mías.
En otras palabras, intento vivir la Semana Santa como me gusta hacerlo desde que era pequeña.

© LOS COLORES DE SYLVIA
© Textos, fotos e ilustraciones ©by Sylvia M.G.D