Translate this page

martes, 22 de agosto de 2017

Oh, qué Calor!!

Perdona mi tardanza en escribir pero han tenido que hacerme una pequeña intervención antes de cogerme las vacaciones y como me han dado malas noticias después de venir de ellas, he estado un poco apagadilla.
Esta entrada ya la tenía casi terminada antes de irme pero como se complicaron las cosas... Bueno, ahí va:

No hay nada que me relaje más
Cómo me relaja el mar

El verano me gusta porque los días son más largos y me voy a la playita unos días pero por lo demás... no es mi estación favorita.
Si no pudiese irme lo odiaría a muerte. Ja, ja, ja.
Se pasa mucho calor por las mañanas y por las tardes, y a no ser que madrugues muuucho para hacer las cosas y que te cunda, el día es bastante infructuoso.
Te vas a trabajar temprano y ya desde primera hora sientes cómo el sol te saluda con un caluroso abrazo.
A medida que pasan las horas notas cómo va apretando tanto que termina ahogándote.
Si tienes la suerte de trabajar con aire acondicionado, que no en todas partes se puede, se te hará más ameno el día. Si no, prepárate...
Si vas en coche también estás de suerte pero si lo haces en transporte público, es muy probable que te toque alguna que otra vez viajar con overbooking, sin refrigeración y con la sensación de que hace tantísimo calor ahí dentro que ya no queda oxígeno para respirar.
Volviendo del trabajo me ha pasado más de una vez que al usar el transporte público he tenido que intentar llegar hasta la puerta para respirar un poco de aire entre parada y parada. Y no os miento.
Era tal la sensación de agobio que creía morir.
El abanico, mi fiel compañero en esta época del año, no servía de mucha ayuda ya que entre el calor que hacía dentro y las mezclas de olores corporales entre cientos de personas... era mejor no sacarlo para mover el aire. Te puedes hacer una idea ¿no?
Para mí las mañanas y las tardes son agobiantes, además de que el calor me agota muchísimo y "no soy persona".
Llego a casa reventada y muerta de sed y lo peor es que como me siente, sé que me va a entrar "una chucha tremenda" y es posible que me quede traspuesta en el sofá.
Como encima no me lo puedo permitir porque tengo que seguir trabajando dentro de casa con las tediosas tareas del hogar y con los encargos que me hacen, voy como una zombie arrastrando mi pesado cuerpo por todas las habitaciones de la casa.
Mi hija lógicamente me necesita y reclama mi atención y entre unas cosas y otras me da la hora de la cena y de irme a dormir.
Por la noche hace TAAANTO calor también, que es imposible conciliar el sueño y si encima tienes pegado a tu oreja al Rey de los ronquidos... ¡¡Madre mía, qué desesperación!!
Bueno... y luego están los vecinos incívicos que se han cogido vacaciones y les importa un carajo que los demás tengamos que trabajar al día siguiente y no podamos descansar mientras ellos están de juerga todos o casi todos los días cenando con amigos o familiares en su terraza y riendo y hablando altísimo hasta las tres o tres y media de la madrugada. ¡¡Total ná!!
Menos mal que una duchita de agua fresca por la mañana para despejarte un poco, un cafelito o poder darte un chapuzón en la piscina cuando llegas del trabajo, ayuda a sobre llevar todas estas situaciones hasta que te den las vacaciones y con suerte, poder fastidiarles tú a ellos.
¡¡Y POR FIN LLEGAN!!
¿Cómo es posible que nos pasemos todo el año pensando en ellas? Porque supongo que estarás de acuerdo conmigo en que de vuelta a la rutina, en cuanto llevamos dos días trabajando, ya estamos soñando con que llegue el momento de empezar con las siguientes.
La verdad es que es lo único que añoro del verano: Ir a la playa, bañarme en el mar, tocar la arena y pasear por la orilla al atardecer mojando mis pies o levantarme pronto para desayunar en la terraza y sentir ese fresquito tan agradable en la piel.

Aquí estamos haciendo unos animalitos

Sinceramente, para mí es lo único bueno que tiene.
El darte un chapuzón y sentir ese fresquito de la cabeza a los pies...  
¡¡Ay que gusto!!
Mi hija y yo no salimos del agua nada más que para descansar un poco y hacer castillos o figuras de animales en la arena.
Cuando ya estamos "bien rebozadas", volvemos a meternos.

Dando un paseito
Como bajamos pronto a la playa nos da tiempo a dar un paseo y coger conchitas, bañarnos, jugar...
Esta vez por culpa de "esos resultados" he tenido que fraccionar mis vacaciones así que vamos a ver si antes de que empiece el cole nos vamos unos días de nuevo a la playita y ya de paso volvemos a pasarnos a Port Aventura.
Si al final lo consigo ya pondré fotos de cómo nos lo hemos pasado.
¡¡Uy qué tarde es!!
Me despido ya porque sigo hasta arriba de trabajo y necesito aprovechar para ir adelantando cosas.
¡¡Nos vemos pronto, en septiembre!!

© LOS COLORES DE SYLVIA
© Textos, fotos e ilustraciones ©by Sylvia M.G.D