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miércoles, 3 de enero de 2018

Ya vienen los Reyes...♪♫♪

ANTES DE NADA, QUISIERA DESEAROS A TODOS LA MEJOR DE LAS SUERTES PARA ESTE NUEVO AÑO QUE COMIENZA
¡¡FELIZ 2018!!

Vamos allá con el primer post del año...

En casa nunca celebramos Papá Noel y es una tradición que sigo hoy por hoy.
Cuando era pequeña yo creo que ni se estilaba hacerlo.
En el único sitio que lo veíamos era en los anuncios de Coca-Cola, si acaso.
Ni siquiera recuerdo (cuando yo iba a E.G.B) haber pintado nunca un Papá Noel o haber visto uno por las calles o en algún establecimiento recogiendo cartas y repartiendo caramelos como lo vemos ahora.
Todo el mundo era más de los Reyes Magos al ser una costumbre española.
En las tarjetas navideñas que comprábamos para felicitar las Pascuas se veían tan sólo dibujos de los Reyes Magos, árboles decorados con luces y bolitas de colores, muñecos de nieve, pesebres con el niño Jesús, la virgen María y San José... y sobre todo los maravillosos dibujos de nuestros queridos Ferrándiz y Constanza (pincha en cada nombre si quieres ver sus ilustraciones).
Tampoco existía esa vorágine consumista de tener todo lo que salía por televisión.

Me he portado muy bien, Baltasar

Cuando llegaba la noche de Reyes, recuerdo que mi hermana y yo no nos movíamos de la cama porque nuestros padres nos decían que si salíamos de la habitación, a lo mejor los Reyes Magos se asustaban y se marchaban sin dejarnos ningún regalo.
A veces los oíamos desde la habitación dejar los paquetes y aguantábamos la respiración para que no se diesen cuenta de que estábamos despiertas.
Alguna vez llegó a ocurrir que necesitábamos salir al baño, abríamos muy despacio la puerta de nuestra habitación y mirábamos por la leve rendija que quedaba temerosas de pillar a los Reyes colocando nuestros regalos.
Qué recuerdos tan bonitos y felices...
Desde que tuve a mi hija, vuelvo a vivir esos momentos y creo que me hace más ilusión que a ella despertar e ir al salón a ver qué nos han dejado.
Sólo con ver su cara de sorpresa me llena de felicidad.
La verdad es que nos conformábamos con más bien poco aunque yo he sido afortunada y he tenido siempre unos regalos fantásticos.
La mayoría de nosotros pasábamos la vida en la calle jugando a las chapas, a la goma, a tulipán, al escondite inglés, al te la llevas, o nos bajábamos con las bicis, los patines o monopatines.
¡¡Quién necesitaba tantos juguetes!! Nuestra imaginación volaba a todas horas para inventar nuevos juegos.
Los niños de ahora están tan obsesionados con el Tablet, la Nintendo y la consola que apenas usan su imaginación para jugar y es una pena.
Creo que gran parte de la culpa la tenemos nosotros, los padres. Quizás no estés de acuerdo conmigo pero es lo que yo pienso.
En todos estos años he tratado de trasmitir a mi hija que no es necesario tener muchos juguetes para poder jugar sino que se trata de saber aprovechar los que ya tenemos y utilizar la imaginación para ver de qué modo podemos inventar juegos nuevos con ellos pero también he pecado de comprarla demasiadas cosas o dejar que se las pida para Reyes alegando en mi defensa y supongo que para no sentirme culpable, que son cosas que a mí me hubiese gustado tener de pequeña en caso de que las hubiese habido; o bien pensando que con ellas va a estar entretenida y me va a dar tiempo a descansar un poco cuando llego del trabajo o me va a cundir más para hacer las tareas domésticas.
A veces me siento culpable y eso que creo que he prestado y presto bastante atención a mi hija. He jugado y juego mucho con ella.
A las dos nos encanta hacer cosas juntas como te he dicho en alguna ocasión y además, también nos gusta jugar a juegos de mesa como por ejemplo el Monopoly, el Cluedo (mea culpa) y muchos otros.
A veces vienen sus amigas a casa y me piden que juguemos todas juntas.
Nuestros juegos de siempre siguen gustando como el primer día

También a veces echamos partidas con la consola o me hago la tonta y le pregunto cómo funciona este programa, esta aplicación etc y así sin que ella se de cuenta compartimos un rato juntas dando pie a que hablemos de otras muchas cosas.
Pero lo cierto es que aun no considerándome muy "mala madre" peco también de imprudente en esto.
Muchos de nosotros intentamos suplir nuestra ausencia y falta de tiempo comprándoles cosas para que ellos sean felices sin darnos cuenta de que nos están pidiendo a gritos un poquito más de atención y cariño por nuestra parte y menos juguetes.
Como a nosotros cuando éramos pequeños, les hace una ilusión tremenda levantarse el día de Reyes y encontrarse el salón o la habitación llena de regalos pero a diferencia de ellos, nosotros los disfrutábamos en compañía de nuestros padres y madres y ahora pocos niños lo hacen porque nos pasamos todo el día trabajando.
Realmente los tiempos han cambiado y tenemos que adaptarnos a lo que hay pero sin olvidarnos de ellos.
Hemos de buscar un equilibrio y darnos cuenta de que:

Qué profunda me ha salido esta frase. No me beso porque no llego

En estas fiestas he estado de baja porque han tenido que operarme de un cáncer de piel en la cara, concretamente en la nariz y han tenido que vaciarme parte de ella para después hacerme un injerto y rellenar el agujero con carne y piel tomada de otra zona de la cara.
Aunque lo importante no es el aspecto físico sí que es verdad que te condiciona a la hora de sentirte bien contigo misma.
No es algo que me preocupe en exceso y soy muy optimista en cuanto a que con el tiempo la cicatriz se va a disimular bastante e incluso va a desaparecer pero rezo para que no tengan que volver a operarme nunca más porque ahora mismo me siento como Frankestein.
Creí que me quitarían un pequeño trozo de piel pero la verdad es que ha sido más de lo que yo esperaba.
Mi hija está preocupada y muy pendiente de mí.
Tiene miedo aunque yo lógicamente no le doy ninguna importancia a lo que me ha pasado para que ella se sienta tranquila al ver que actuo con normalidad.
La verdad es que la palabra cáncer asusta un poco.
Después de la operación me he cogido unas vacaciones y hemos podido compartir mucho tiempo juntas. La ha venido muy bien; a las dos no ha venido bien.
Hemos ido a ver museos y exposiciones, a espectáculos de magia, hemos jugado a infinidad de juegos y también hemos decorado juntas la casa y la mesa en la que íbamos a cenar en estas Navidades.
Este año se nos ocurrió decorar el frigorífico como si fuese un muñeco de nieve y como nos gustó tanto el resultado, decidimos hacer lo mismo con la mesa.
Aquí tienes una foto de cómo nos ha quedado nuestro frigorífico.
Bonito ¿verdad?
A todos nuestros invitados les encantó la idea de decorar así la mesa porque la verdad es que quedó monísimo, pero tuvimos que abrirla al completo para poder sentarnos todos.
Los muñecos de nieve abultaban mucho. Jajaja.

Aquí es cuando nos dimos cuenta de que tendríamos que abrir la mesa al completo porque si no, no cabrían todos los comensales.


Cada muñeco tenía una expresión distinta en su cara para hacerlos más divertidos.

Quizás y debido a lo que me ha pasado, han sido una Navidades más entrañables y las he disfrutado de una forma distinta.
Ahora quedo a la espera de que lleguen pronto los Reyes Magos cargados de miles de regalos para todos nosotros.

Aquí, en España, todavía continúa la magia....

¡¡Felices Reyes!!

© LOS COLORES DE SYLVIA
© Textos, fotos e lustraciones ©by Sylvia M.G.D