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viernes, 9 de septiembre de 2016

Ya Llegó el Circo.

Creía yo que esto no iba a dar para dedicarle tres entradas (y hasta cuatro) después de la mala suerte que estaba teniendo para recuperar las "fotos perdidas" pero mira por dónde esta vez la suerte está de mi parte y no ha sido así.

Las fotos que te voy a mostrar ahora son de las funciones de teatro que realicé junto con otras mamás para estos niños y niñas de los que vengo hablando.

Intentaré (a ver si lo consigo) encontrar el enlace a un vídeo de una representación que hicimos con sombras chinescas y que les encantó a todos.

La verdad es que tengo recuerdos maravillosos de esos momentos.
Las directoras y directores de las escuelas, las profesoras y profesores, el personal de cocina...
Allí todo el mundo colaboraba como podía y ponía a nuestra disposición todo aquello cuanto necesitásemos.
Si hacía falta algo que no tuviesen y no pudiesen proporcionarnos, teníamos libertad plena para comprar los materiales requeridos y ellos corrían con los gastos.
Trabajábamos en las salas de psicomotricidad durante las horas que no las necesitaban y cuando era hora de que llegasen los peques recogíamos corriendo y a hurtadillas para que no pudiesen ver lo que estábamos preparando.
El día del estreno casi estábamos más emocionadas y nerviosas que ellos pensando en si llegaría a gustarles.
Nuestras dudas se disipaban en el momento en que todos guardaban silencio, nos miraban y escuchaban atentamente.

A algunos les parecía tan emocionante que se levantaban de sus sillas y daban brincos de nerviosismo; otros se caían de ellas.
Jajaja. ¡¡Qué monada!!
Eso sin duda era una buena señal; además de gustarles lo que estábamos haciendo para ellos, les parecía interesante y vivían la trama como si fuese real.

Esta obra de teatro se llamaba "EL PEQUEÑO ABETO".


Decorado donde transcurre toda la historia.

Una mamá era el abeto, otra era la nube, otras hacían de animales, otra de ladrón...
De los disfraces de los animales y su confección me encargué yo y también colaboré con los decorados, aportando mis ideas y poniendo mi granito de arena.


Los trajes los confeccioné con las telas de pelo que se usan para hacer los disfraces de animales.
Las caretas estaban hechas de cartón y forradas con la misma tela para darle mayor realismo, así cuando nos acercásemos a los niños podrían tocarlos y sentir su suavidad.

Hice muy buenas amistades que a día de hoy todavía conservo.
Algunas lógicamente se perdieron por el camino con el transcurrir de la vida y el devenir de los años pero otras siguen estando ahí, de lo cual me alegro mucho.

Esta de abajo, es la representación de otra función de teatro para celebrar un final de curso. "Tamborín, el Nuevo Artista del Circo".
La verdad es que parecíamos una compañía de teatro porque íbamos de escuela infantil en escuela infantil representando nuestras obras; montando y desmontando decorados cual profesionales del gremio. Jejeje.






Aquí os pongo otra foto del decorado que realizamos para esta despedida de FIN DE CURSO.


Este decorado lo hicimos entre todas pero los muñecos que veis pegados en él son obra mía :-)


No recuerdo un día tan especial como aquel.
Había níños que ya se iban de la escuela para pasar en septiembre a Primero de Infantil con lo cual no sólo era una fiesta de fin de curso, sino la despedida de muchos que ya daban un paso más para seguir su camino y "HACERSE MAYORES".

Los decorados y la función quedaron geniales y a todos les gustó.
Gritos y aplausos de emoción llenaron el patio donde la representamos.
Esta es la corbata que hice para la presentación como "Jefe de Pista", de la función de fin de curso y que os mostré en el post anterior.

Al final de la misma hubo felicitaciones, besos, abrazos y agradecimiento por parte del equipo directivo, los padres y madres y los profesores y profesoras del centro.

Un día muy emotivo en el que no faltaron lágrimas con un sabor agridulce.
Felices por lo bonito que había sido todo y lo bien que había salido pero tristes porque, y en esto la que es madre me entenderá perfectamente, el sentimiento de que los niños se nos van haciendo mayores es algo que nos cuesta un poquito de asimilar y somos un poco más conscientes de ello cada vez que pasan de nivel (por decirlo de alguna manera).

La escuela infantil, los tres años de infantil en el colegio, el paso a primaria...
Pasito a pasito y en un suspiro, crecen y se van alejando.

Mis padres siempre me decían un refrán muy popular que con los años y después de tener a mi hija, entendí a la perfección:
"Cuando seas padre, comerás huevos".

¡¡LA VIDA MISMA!!


© LOS COLORES DE SYLVIA
© Textos, fotos e ilustraciones ©by Sylvia M.G.D

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